Vivimos en el país del mundo al revés, de eso estoy cada vez más convencido. En el año en el que el libro electrónico es el protagonista de las principales ferias del libro europeas, y cuando mayor expectación está causando, va la Feria del Libro de Madrid y lo prohíbe. Al principio no me lo podía creer, pero consultando el reglamento publicado en la web oficial de la feria (http://www.ferialibromadrid.com/), en el artículo 6, apartado 1, punto iv se puede confirmar dicha prohibición.
Aquí veo dos problemas. El primero es que la industria del libro española comienza a protegerse frente a lo que ellos consideran una amenaza: la publicación electrónica. Esto, en un libre mercado, no sería problema en sí mismo: yo fabrico un producto A, y si hay un producto B que me puede quitar ventas, lo lógico es que no lo promocione. Pero el problema real es que el libro electrónico no es realmente un competidor del libro tradicional. Podría dar un montón de razones, pero me basta recordar que, en Estados Unidos (país que en materia tecnológica saca cabeza y cuello a Europa, y dos o tres cuerpos a España) la industria editorial ha incluido con éxito los libros electrónicos y los audiolibros en sus catálogos. Es el tema de siempre: el miedo a lo desconocido.
Bien, que sigan así si quieren. Supongo que más de un copista pensó de la misma manera a finales del siglo XV, cuando se popularizó la imprenta.
Para poner la guinda al pastel, el director de la Feria del Libro de Madrid, Teodoro Sacristán, ha declarado en defensa de la organización que la prohibición existe porque nadie este año ha solicitado presentar libros en formato electrónico ni lectores en la feria. Quizás le valdría más haberse callado antes de pretender que nos traguemos una falacia: ¿cómo va alguien a presentar una solicitud que va en contra de un artículo del reglamento?
Una lectura detallada del mismo artículo 6 del reglamento (dedicado a las exclusiones) descubre otras sorpresas. Por ejemplo, que los servicios de autoedición de libros del tipo de Lulu.com, o los vendedores de libros sin local u horario fijo no pueden acceder a la feria. Aunque la feria está organizada por el Gremio de Libreros de Madrid, a la luz de estas prohibiciones, más bien parecería diseñada para favorecer a los grandes del sector. La confirmación viene, esta vez, del propio Teodoro Sacristán, quién declara que hace diez años se introdujo un "Pabellón de Edición Digital", que se mantuvo en funcionamiento hasta que "dejó de tener sentido porque las grandes editoriales ya no estaban haciendo nada de eso".
Más información: http://www.tuexperto.com/2009/05/25/la-feria-del-libro-de-madrid-prohibe-el-libro-electronico/, http://www.adn.es/cultura/20090525/NWS-2523-Libro-Feria-peticiones-recibido-director.html
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario