En 2014 se cumplen una cantidad importante de aniversarios. Este es el primero de una serie de artículos dedicados a recordarlos. Si os gustan las batallitas o queréis saber cómo era la informática antes, estad atentos.
Allá por los primeros años 60, la informática era muy diferente. Estaban comenzando a aparecer los primeros sistemas de tiempo compartido, que permitían a varios usuarios (decenas, incluso centenares) usar a la vez el mismo ordenador, mediante teletipos (algo así como una impresora con un teclado) o terminales. Pero había un problema: en la época no había software genérico, y cada usuario debía preparar sus programas.
Para facilitar esa tarea, John G. Kemeny y Thomas E. Kurtz decidieron diseñar un nuevo lenguaje de programación. Debería ser sencillo de aprender, de propósito general y permitir crear y ejecutar programas pequeños rápidamente. El resultado fue BASIC (Beginner's All-purpose Symbolic Instruction Code, código simbólico de propósito general para principiantes), un lenguaje sencillo que permitía ejecutar instrucciones sencillas tras ser introducidas, o almacenarlas para formar un programa complejo.
Su simplicidad le hizo mantener el terreno ante lenguajes más modernos y avanzados (como Pascal, creado en 1968, o C, creado en 1970). Y cuando aparecieron los primeros microordenadores a mediados de los 70, BASIC fue incorporado en la mayoría de ellos (principalmente por su sencillez y por la poca cantidad de memoria que requería). Así, en los años 80, prácticamente todos los ordenadores de 8 bits, y muchos de 16 bits, se vendían con el lenguaje BASIC en la memoria ROM. Muchos de los que hoy en día nos dedicamos a la programación o a la ingeniería del software dimos nuestros primeros pasos con una de esas máquinas.
Entrados ya los años 90, Microsoft, que había sido fundada precisamente para vender un intérprete BASIC, lanzó una nueva versión del lenguaje que, además, permitía crear interfaces gráficas de usuario con extremada facilidad: Visual Basic. Es esta nueva variante del lenguaje la que le ha permitido llegar al siglo XXI y gozar aún de buena salud, a sus 50 años.
Atrás han quedado los años en los que, si necesitábamos que el ordenador hiciera algo, teníamos que escribir un programa. Ahora basta con descargar una app. Pero eso no nos debe hacer olvidar esa época en la que BASIC sirvió para que mucha gente se acercara a esas misteriosas máquinas llamadas ordenadores. Sólo por eso, tiene un merecido puesto en la Historia de la Informática.
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