En el artículo anterior, discutía cómo los seis años que Microsoft se ha tomado para lanzar Vista han hecho que los usuarios se sientan muy a gusto con Windows XP, y que sean más reacios que nunca a cambiar.
El segundo gran problema de Vista está muy relacionado con el primero. Durante esos seis años, Microsoft no ha estado de brazos cruzados. Ha estado continuamente añadiendo nuevas características y mejoras a Windows. El resultado es que Vista, pese a ser un miembro de la familia de Windows, es un punto y aparte respecto a la versión anterior, Windows XP. Cambian cantidad de cosas, desde los controles del Explorador de Windows hasta la estructura del menú Inicio, por citar dos de los ejemplos más usados día a día.
El resultado es que muchos usuarios con experiencia en XP se encuentran desorientados la primera vez que se sientan ante Vista. Por ejemplo, dicen "¿Dónde está el botón subir carpeta? ¡Vista es un desastre!". Porque no saben que Vista ofrece una alternativa a ese botón en la barra de direcciones inteligente: basta hacer clic en el nombre de una carpeta para subir a ella. Y como este, hay muchos otros casos.
Microsoft debería haberlo previsto. Ya se oyeron críticas similares cuando Windows XP introdujo el nuevo panel de control y el nuevo menú Inicio. La solución, igual que en el caso anterior, pasaría por haber sacado una versión de Windows intermedia. O en haber invertido más tiempo en diseñar una interfaz más evolucionaria que revolucionaria.
Microsoft, en mi opinión, ha cometido aún un tercer error con Windows Vista. De él hablaré en el tercer y último artículo de esta serie.
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