Este fin de semana ha sido uno de esos que hacen época. He dormido 6 horas (en cama), recorrido cerca de 800 kilómetros, participado en dos eventos (en dos ciudades diferentes) y dado una conferencia. Pero ha merecido la pena.
Comencé madrugando el sábado. A las ocho y media de la mañana nos reunimos varios fotógrafos de Flickr en una cafetería céntrica para comenzar la quedada fotográfica por Los Arribes. A lo largo del día hice menos fotos de las que hubiera querido, pero disfruté de la compañía de excelentes personas y mejores fotógrafos. A las ocho y pico de la tarde, con el cansancio ya pesando en los huesos, los de nuestro coche nos volvimos a Zamora; los demás se quedaron a tomar un café de última hora en Fermoselle, y a lo mejor también a cenar. Me gustaría saber a que hora llegaron a Zamora O:-) .
Y yo, a preparar el macuto, cenar, e irme a la estación: a las doce y veinte de la madrugada salía el bus para Cáceres. Dormí lo que pude, tomé un Cola-cao a medio viaje, y llegué a la ciudad extremeña a las cinco y media (cambio de hora incluido). Al final, el alojamiento que me había reservado la organización de la Xtrelan estaba en un pueblo a 15 kilómetros de la capital, así que, entre unas cosas y otras, no entré en la habitación hasta pasadas las seis. Me "puse cómodo" (bonita metáfora), pegué un último repaso a la conferencia, y me dormí.
Por la mañana, desayuno (chocolate con churros), taxi hasta el Pabellón Quinto Centenario, y terminar de preparar las imágenes. La conferencia fue bien, pero no tanto como me hubiera gustado. Quizás fuera la falta de sueño, o quizás el ambiente (en la RetroMadrid siempre me siento "entre amigos"), el caso es que estaba más nervioso que de costumbre, y me equivoqué más de un par de veces. Tuve unos 40 o 50 oyentes, y la conferencia fue retransmitida en directo a través de la web del Diario de Extremadura (no avisé por el blog porque yo me enteré en la misma party), así que puedo decir con seguridad que la oyó más gente que en la RetroMadrid. Hay, al menos, una grabación en audio y otra en vídeo de la conferencia, por lo que esta vez tengo posibilidad de publicarla. Estad atentos al blog.
Y luego, poco más. Comí, monté en un taxi, y llegué a la estación a tiempo de coger el bus de las 15:30 para Zamora. Me acosté pronto y dormí doce horas seguidas para compensar.
Ha sido un fin de semana intenso, pero he disfrutado como un enano con mis aficiones, y también me he traído algunas buenas anécdotas. Como la chica irlandesa que, en el viaje de ida, se sentó junto a mi en Salamanca y creía que Sevilla era la siguiente parada (alma de cántaro), o el momento en el que, al llegar a Cáceres, me costó Dios y ayuda despertarla para que me dejara salir (nunca he visto a nadie dormir tan profundamente, os lo aseguro).
Ahora sólo espero que el próximo finde sea más tranquilo :-) .
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