viernes, 8 de mayo de 2009

Cómo NO diseñar un televisor

Un amigo mío tiene un taller de reparación de electrónica de consumo (televisores, DVDs, equipos de música, esas cosas). Por ello, tiene la concesión de servicio técnico oficial de varias de las marcas más importantes del mercado - y algunas otras menos conocidas.

El caso es que el otro día lo visité, y estaba dándole vueltas a un televisor (de una segunda marca, no diré más por respeto al fabricante). Acababa de repararlo y estaba probándolo para ver si funcionaba correctamente. La avería era que, en modo TDT, al entrar en el teletexto se cortaba el sonido, y había que apagar y volver a encender el televisor para que volviera a sonar.

Vimos que el televisor quedaba en silencio al entrar en el teletexto, pero que (al contrario de lo que ocurría antes) al abandonar el teletexto el sonido regresaba. Lo achacamos a un problema de diseño. Lo que nos preocupó fue que el control de volumen a veces funcionaba, y a veces no. Además, el botón Exit, para abandonar los menús de configuración del sintonizador digital, parecía no funcionar.

Tardamos casi media hora en darnos cuenta de que la culpa era nuestra. Lo del volumen era porque en el mando a distancia hay dos juegos de botones de control de volumen y de cambio de canal, y uno de ellos -el que estábamos usando- sólo funciona con el televisor en modo analógico (de ahí que a veces funcionara). Además, hay también dos parejas de botones Menú y Exit, uno para el menú analógico, y otro para el digital. De hecho, pulsándolos en la secuencia adecuada, es posible mostrar el menú analógico superpuesto al digital. Junto con otras lindezas similares, claro está.

Realmente, la culpa no era de nosotros. Ni mucho menos. Es de los ingenieros.

Usar ese televisor es una pesadilla. Me gusta, siempre que puedo, probar los aparatos en las tiendas antes de comprarlos. Y os puedo asegurar que yo jamás compraría ese modelo. Sencillamente, porque cuando quiero ver una película, lo que menos quiero es tener que pelearme con el televisor o el DVD. Que ya bastante tenemos con el día a día.

Pero, aparentemente, los fabricantes no piensan lo mismo.

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