miércoles, 13 de mayo de 2009

Fotografía para todos: el soporte

Como vimos en el artículo anterior, podemos regular la cantidad de luz que captamos jugando con tres elementos (soporte, velocidad de obturación y apertura del diafragma). Los tres tienen "efectos laterales" que conviene conocer para poder elegir la configuración más adecuada en cada caso.

El soporte (película o sensor) tiene una determinada sensibilidad. Cuanto más sensible, más luz es capaz de aprovechar. Por tanto, a igualdad de parámetros, un soporte más sensible nos dará una imagen más luminosa. La sensibilidad del soporte se mide por el ISO. El ISO más habitual es el 100. Un ISO mayor (200, 400...) implica un soporte más sensible, y uno menor (50, 25...), uno menos sensible. En las cámaras de película, el ISO viene dado por la película misma. Para usar un ISO diferente, debemos cambiar de película. En las cámaras electrónicas, el ISO puede regularse electrónicamente en el propio sensor, por lo que podemos cambiarlo de disparo a disparo.

Un soporte más sensible nos permite fotografiar con menos luz, pero tiene un inconveniente: el grano o ruido. Conforme vamos subiendo en la escala ISO, los soportes, aparte de ser más sensibles, introducen más grano en la imagen. Esto se puede ver como un ligero (o no tan ligero) granulado (similar a la textura de la arena) en la imagen, sobre todo en áreas que tendrían que ser planas (por ejemplo, el cielo). Un poco de grano puede ser tolerable, o incluso deseable, pero mucho grano puede arruinar el detalle de una buena fotografía, como podéis apreciar en esta serie de imágenes:


Un mismo detalle, fotografiado a ISO 80, 400 y 1600

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