En el anterior artículo mencionaba la medida de megapíxeles por centímetro cuadrado (Mp/cm²), y cómo podía ser una medida de la calidad de imagen entregada por el sensor de una cámara.
Como decía, las compactas suelen rondar los 35 Mp/cm², mientras que las réflex se mantienen entre los 2 y los 4 Mp/cm². Por poner dos ejemplos típicos, la Canon PowerShot G10 tiene exactamente 34 Mp/cm², y la Nikon D90, 3,3 Mp/cm². Las "bridge", pese a ser más parecidas en volumen y peso a las réflex, están construidas sobre sensores del mismo tamaño de los usados en las compactas, y tienen tamaños de píxel similares. Sin ir más lejos, la Olympus SP-565UZ monta un sensor de 36 Mp/cm².
Por tanto, en cuanto a calidad de imagen, entre los tres tipos de cámaras, sin dudarlo, las reinas son las réflex. Eso no es ninguna sorpresa. Lo que sí sorprenderá a más de uno es saber que las bridge están más cerca de las cámaras de bolsillo que de sus hermanas mayores. Cierto es que montan mejores ópticas que las compactas. Pero con sensores de ese tamaño, las limitaciones impuestas por el ruido pesan más que las de las ópticas. Y, precisamente por eso, usar una óptica con la calidad de una réflex en un sensor del tamaño de una compacta no aumenta mucho la imagen.
En el tercer y último artículo de la serie entraré, precisamente, en el tema de las ópticas. Más concretamente en el rango de distancias focales, o el "zoom", como se conoce popularmente.
viernes, 19 de diciembre de 2008
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