- Encender los equipos sólo cuando sea necesario, y apagarlos al terminar. Un ordenador en suspensión consume más de 50 vatios, por lo que si lo apagamos o lo hibernamos, ahorraremos mucha energía.
- No dejar en standby los equipos que no vayan a ser utilizados. Muchos equipos (televisores, DVDs, ordenadores...), al ser apagados, quedan en un modo llamado standby que les permite ser encendidos de nuevo con el mando a distancia. Lamentablemente, en este modo pueden consumir cifras de hasta 5 o 10 vatios. Si no vamos a usar un equipo durante un tiempo, es mejor apagarlo completamente, usando una regleta con interruptor o desenchufándolo.
- Comprar los equipos más eficientes o que menos consuman. En el caso de los ordenadores, un equipo para juegos, con una buena tarjeta gráfica (o dos) y un procesador potente, puede consumir hasta el doble que un ordenador más modesto orientado a tareas ofimáticas.
- Si necesitamos un servidor de archivos o P2P, utilizar un ordenador construido a medida o un disco duro NAS en lugar de un ordenador. Este tipo de equipos están, por su naturaleza, encendidos 24 horas al día. Un ordenador de sobremesa típico consume en torno a 100 vatios, mientras que un barebone puede quedarse en 40, y un disco NAS puede bajar a 30 o incluso 20. Si no nos asusta "el otro lado", muchos discos NAS son realmente servidores completos basados en Linux, en los que podemos instalar y configurar los servicios que necesitemos. El ahorro energético puede ser realmente importante.
- Siempre que sea posible, utilizar bombillas de bajo consumo, tubos fluorescentes, o incluso las nuevas lámparas LED. Esta última tecnología aún está un poco verde, pero ya alcanza para plantear una alternativa a las lámparas de la mesilla de noche y las lámparas de lecturas.
- Huir de las lámparas halógenas y de la iluminación indirecta. Las halógenas son extremadamente ineficientes, y proyectar la luz sobre el techo hace que se pierda aún más energía.
Mas información: http://es.wikipedia.org/wiki/Dia_de_la_Tierra
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